-¡Eh, pequeñaja! ¿Qué tal te lo
estás pasando?
-¿Lucas…?
-Eh… Justin ¿no?- dijo una voz
grave y seca por el teléfono.
-Sí…
-¿Dónde está Alex?
-Está… en el baño, cambiándose.
-Mmm… vale. Pues la llamo en 10
minutos. Díselo.
-Vale…- Colgó.
Volví.
-Te acaba de llamar el profe.
-¿Lucas?
-Sí. Es raro ¿sabes?- Dijo
mirándome a los ojos.
-¿Raro?
-Sí, que mi mejor amiga esté
saliendo con nuestro profesor.
-Bueno y es raro que yo sea tu
única amiga- dije sin pensarlo. Apartó la mirada de mí, incómodo.
-Bueno… yo…
-Lo siento pero no es la primera
vez que lo pienso. ¿Por qué siempre estás solo?
-No me conoces tanto como para
afirmarlo.
-Justin, no te estoy atacando. Me
preocupa, ¿sabes?
-Pues no lo hagas, soy feliz así.
Puede que haya aprendido a estar solo, amargado. Soy así de raro.
-No eres raro. Vale, a ver. Esto no
nos va a llevar a ninguna parte.
-¿Quieres saber por qué solo te
tengo a ti?- Me miró otra vez.
-Déjalo, da igu…
-No da igual. – me interrumpió. Me
senté a su lado.
-Justin yo solo quiero ayudarte.
-No puedes, estoy así porque me lo
merezco. – Iba a replicar pero me interrumpió otra vez- Yo antes era de ellos.
De los que me dieron la paliza, lo siento, Alex.
-¿Pero qué estás diciendo? Mira, yo también he sido alguien del que ahora me arrepiento pero
por algo es el pasado. Sea lo que sea que hayas hecho con esos idiotas ya no
importa. Me alegro de haberte conocido. Si no, estaría perdida.
-Tendrías a Lucas.
-Sí… pero… pero no lo puedo
comparar. Tú también eres mi mejor amigo.
-mejor amigo…
-Sí, pero no solo son palabras
¿sabes? Si ahora te perdiera no podría seguir. Me han dado una nueva vida,
nueva casa, nuevo país. Me han dado una oportunidad y lo mejor de esa
oportunidad eres tú. – Dije sin pensar. ¿De verdad era él?
-Yo… Alex… Gracias. – Me abrazó.
Cuando nos separamos me miró de arriba abajo.
-Te queda bien mi camiseta.
-¡Mejor que a ti!- Le chinché.
-Anda ya, recuerda que tiene dueño,
¿sí?- dijo con media sonrisa. Su sonrisa... Volvió a llamar Lucas.
-¿Sí?
-¿Te estás divirtiendo?- dijo su voz grave.
-¡Si, claro! Buah, nos hemos
montado en muchísimas atracciones, estoy medio mareada.- Dije riéndome. Me
aparté un poco de Justin.
-¿Tu amigo te está tratando bien?
-Claro que sí, bobo.
-Bueno, pues eso. Te llamaba para
ver si seguías viva.-Dijo algo cómico. Suspiré.
-Qué va. Jajaja ¿tú que vas a hacer
hoy?-Le pregunté. Justin se había tumbado sobre la hierba y se había puesto sus
gafas de sol “Aviador”. Cerca de nosotros estaban pasando dos chicas que
miraron a mi amigo con un gesto de aprobación mientras hablaban algo entre
ellas. Seguramente de él.
-…así que iré supongo…-Decía
mientras Lucas.
Las dos chicas se sentaron a unos
metros de Justin aún mirándole y riéndose. Tendrían nuestra edad, puede que un
año más pequeñas, pero aún así una de ellas saco una cajetilla de tabaco de su
mochila y le preguntó algo a su amiga. Seguidamente se levantaron y se
dirigieron hacia Justin.
-…y eso. ¿Sigues ahí?-Preguntó
Lucas.
-¿Eh?
-Perdona estarás ocupad...
-Sí, después te llamo.-Le
interrumpí atenta de las dos chicas.
-Vale pásalo bi…-colgué y me acerqué
para sentarme al lado de Justin. Las dos chicas habían empezado a hablar con él.
-Jajaja sí, la verdad es que se está
bien por aquí.- les dijo mi amigo.
-¡Hola!- Saludé.
-Hola, buenas. ¿Vais
juntos?-Preguntó la chica.
-Sí-dije yo secamente.
-Ah, vale jajajaja, pues yo soy
Jenny y ella es Nicole.
-Alex.-dije.
-No eres de por aquí ¿no? Lo digo
por el acento.
-Francia.
-¡Ay qué bonita! Estuve en París el
verano pasado.
-Si… ¿oye Justin puedo hablar
contigo un momento?- Dije mirándole mientras me levantaba.
-Claro.-Él se levantó también y nos
apartamos unos metros.
-¿Las conoces de algo?
-No, se me han acercado y me han
preguntado si tenía un mechero.
-Te llevan mirando desde que han
aparecido como si fueras comida.
-¿Qué dices? Jajajaja.
-¡Que sí! Que esas lo que quieren
es ligar contigo.
-Ni me había fijado…-dijo en tono
irónico.
-¿Eh?
-Que ya lo sé.- dijo riéndose.
-¡Ah! ¿Qué les estás siguiendo el
tranquillo?
-Sí, son monas.
-¿Monas? ¿Enserio quieres algo con
ellas?
-A ver, a ver, eso de querer algo
con gente que no conozco no me va mucho.
-¿Entonces?
-Nada… parecen majas. –Dijo
mientras se acercaba a ellas.
-Bueno, y ¿vosotras estáis por aquí
solas?
-Sí, hace unos días que fue mi
cumple, así que, bueno, aquí estamos.-
dijo Nicole.
-Si queréis veniros con nosotros…-
Ofreció mi amigo.
-¡Vale, perfecto!
Justin se giró y me sonrió.
¿Enserio?
-¡Woh estáis empapados!-Dijo Jenny mientras
miraba a la vez que su amiga el cuerpazo de Justin.
-Ya, jajaja venimos de “Inferno”.
Por lo que veo todavía no os habéis montado ¿no?
-Que va, pero a eso íbamos.
-Pues no se a que esperamos.
¡Vamos!- Animó Justin.
Las dos chicas se quitaron la
camiseta al unísono descubriendo sus bonitos bikinis bien dotados. Sí, eran
monas. Demasiado monas. Los tres se fueron yendo hasta que Justin se giró
viendo que me había quedado ahí parada.
-Alex, ¿te vienes?- por fin alguien
me preguntaba…
-No, da igual. Os espero aquí.-
para mi sorpresa mi amigo simplemente se giró y se fue entre las dos chicas.
Buah, tíos.
El que se iban a tirar una vez por
ahí se convirtió en unas cuantas. Estuve esperándoles durante una hora hasta
que por fin aparecieron entre risas.
Justin me miró. Nicole y Jenny se
miraron y sonrieron como comunicándose entre ellas.
-Perdona, Alex. ¡Es que no sabes lo
brutal que es! ¡Mira!- me enseñó su mano izquierda con marcas de uñas.
-Culpa mía, lo siento por hacer
daño a tu novio- dijo riéndose.
-¡No es mi novia! Y no, no me has
hecho daño, soy fuerte.-Las chicas abrieron los ojos.
-No, si fuerte eres.-Dijo la chica
tocándole el brazo.
Yo mientras observaba la situación,
incómoda. Estas tías habían venido de repente y me habían quitado a mi amigo. Y
él las seguía claramente el rollo.
-¿Vamos a por un helado?- dijo
Jenny sin dejar de mirar a Justin.
-¡Claro!-dijo su amiga.- Vamos.
Me levanté. Claramente no estaba
tan entusiasmada como todos.
-Esperar, ¿puedo ir al baño antes?
– les dije.
-Vale, te acompañamos, está por el
camino.
Entré en el baño mientras los tres
me esperaban fuera. Me miré al espejo. Sí, son monas. Y yo… la camiseta de
Justin me quedaba bien pero tenía el pelo revuelto y parecía que me acabara de
levantar. Además mi cuerpo no era tan perfecto como las dos chicas majas y
monas. Con todo esto que me había pasado había cogido algún kilo de más. Como
no…
Cuando salí miré a mí alrededor
pero no, no estaban. ¿Enserio? Di la vuelta a los baños. Nada. Ni por el
camino… bien… perfecto.
¿Y ahora qué? Entré en el baño otra
vez y volví a mirarme en el espejo. Me vi a mi misma, triste y cansada. Sin
querer se me soltó una lágrima pero la recogí enseguida.
-No llores. No llores…
Me subí la camiseta para verme la
tripa.
-No llores…
Si, había cogido unos cuantos
kilos. Qué asco… me miré a la cara y empecé a llorar en silencio.
De repente entraron unas chicas por
la puerta y yo entré en uno de los baños y me senté.
¿Por qué había terminado aquí?
Justin me había reemplazado por dos chicas perfectas. Por eso estaba aquí. Por
mi culpa. Soy asquerosamente imperfecta.
-Míralas, Alex. Delgadas, felices y
guapas. Mírate.
De repente, sin pensarlo, me levanté,
levanté la taza del retrete, me arrodillé delante de él y me metí, como muchas
veces había hecho hacía tiempo, los dedos hasta la garganta, hasta notar las
náuseas, el dolor, las lágrimas, la imperfección…
-Llora - pensé. – llora…