miércoles, 10 de abril de 2013

Capítulo 10


Esa noche Amber y yo estuvimos hablando hasta bastante tarde. Me contó cuáles fueron sus tardes favoritas, sobre sus amigos, sobre el verano, etc. Al final nos dormimos a las 4 de la madrugada.

Me desperté con unas ojeras tremendas.

-Buenos días.- me saludó mi prima.-parece que no has dormido- se rió. Ella también tenía ojeras.

-Sí. Bueno, eso nos pasa por dormirnos tan… tan… tarde.

-Bueno, mira ponte esto, lo he encontrado en tu armario- tenía en la mano unos pantalones cortos azul oscuro y una camiseta de tirantes blanca. – te irá bien.

Me los puse. Parecía que me quedaban bien. Cuando bajé Daysi ya tenía el comedero lleno, supongo que Amber se lo había rellenado pero no hice ningún comentario.

Cuando estuve lista para salir al instituto, Amber me llamó desde el baño.

-Alex, ¿quieres que te pinte?

-No. No hace falta, me voy.

-Pero espérame.

En cuanto llegamos, se acercaron un grupo de amigos de Amber. Entre ellos, Claire, Emma, Patrice y Jack.

-Hola, Alex, me dijeron que  te desmayaste en clase. Debió de ser vergonzoso. Lo siento mucho.-dijo Emma.

-Sí, bueno, no fue nada al final.- No supe como tomármelo.

-Anda, Alex, ¿no te habías desmayado o algo así?-dijo Patrice.

-Sí, parece que por aquí corren las noticias.

-Es lo que hay, seguramente eso haya echado tu imagen a perder, aunque no era mucho. Ahora estarás marginada, a no ser que estemos a tu lado para defenderte. Además delante del profe. Del guapo y popular profe.- por detrás suyo venía Lucas.

-Bueno, por lo menos...- Quería defenderme de su burla pero justo Lucas me abrazó por atrás y todos menos Amber se quedaron con la boca abierta.

-¿De qué hablabais?-dijo Lucas. Todos se habían quedado pálidos de la sorpresa.

-Estábamos hablando de…-miré a Patrice. Ella no querría que le contase que se estaban metiendo conmigo. Y yo no podía decirlo, ya que si lo hacía, tendría asegurado de por curso unas cuantas burlas más, por llamarlo de alguna forma.-  las clases.

Todos asintieron.

-Oh, ¿os la puedo robar un momento?-dijo con su gran sonrisa.

-No hay problema.-dijo mi prima.

Cuando estuvimos solos, me dijo:

-¿Te regañaron mucho?

-Más bien pareció que yo les regañaba. Creo que les debo una disculpa. Me siento fatal.

-Bueno, parece que ya lo has arreglado con tu prima.

-¿Cómo sabes que me llevaba mal con ella?-dije interesada.

-Pues… se notaba.- le miré.

-¿Tanto?- me dirigió una mirada significativa.

-Sí. Demasiado.

-Bueno pero ahora me ayuda, me comprende. Más bien con quien tengo problemas es con Patrice.

-Cómo no- dijo riéndose.

-Para el carro y explica anda.

-Pues… que es muy muy muy celosa. Probablemente la persona más celosa que me he encontrado en la vida.

-¿Es famosa por ello o qué?

 -En realidad… es que… es mi ex- dijo en voz baja. Tanto que casi le dije que lo volviera a repetirlo. 

-Ah… ¿y besa bien? – le probé

-No besa, ni la mitad de bien que tú. ¿Puedo…? –afirmé con la cabeza y nuestros labios se juntaron. Todo me dio vueltas, todos mis pensamientos se borraron para concentrarme en el beso. Siempre parecía que fuese mi primero.  No sé cuánto tiempo pasó, a lo mejor 10 minutos. Solo lo dejamos cuando sonó el timbre.

Estaba cada vez más segura, Lucas era diferente.

Cuando llegué a mi clase, ya estaba el profesor de inglés. Todo el mundo me miró. Como no, hacía dos días me había desmayado.

-Hola Alejandra. Siéntate en tu sitio. Todavía no hemos empezado.

Me senté en mi pupitre.  A lo largo de la mañana, los profesores venían, explicaban, ponían deberes y se iban. Uno por uno. Hoy era miércoles y esperaba impaciente la última hora, educación física.

Cuando sonó el timbre indicando que solo faltaba una clase, salí rápido a las pistas con todos mis compañeros, ansiosos por terminar ya el día.

Estaban los dos, Lucas y Andrew.

-Vamos chicos. Haced un círculo que vamos a empezar.-dijo Andrew. 

Cuando nos hubimos puesto como nos indicaron, empezaron.-Vale, esta semana vamos a hacer baloncesto. El primer ejercicio lo realizareis por parejas. Cada pareja cogerá un balón del cesto. Uno de la pareja intentará quitarle al otro el balón que estará en todo momento botando, en movimiento. Cuando se lo quite, se cambiarán los puestos. Venga.

Se fueron uniendo parejas. Yo, mientras tanto, miraba a mi profe embelesada.

-Hola, ¿te pones conmigo?-me giré para ver quién me hablaba. Era un chico moreno. Tenía los ojos verdes y no era muy alto.

-M… vale.

-Soy Justin. Tú eres Alex ¿no?

-Sí, encantada.

Cogí un balón del cesto.

-Empieza tú- me dijo Justin.

Se me daba bien jugar al baloncesto. Y parecía que a Justin también, mucho mejor que yo. Al minuto ya me la había arrebatado de las manos.

-Vaya.

-Prueba otra vez. – me devolvió la pelota. La cogí y me quedé mirándole indecisa. Esta vez me esforcé al máximo. Y gané yo después de 5 minutos esquivándole.

-Vaya.- dijo él.

Después de un rato, terminó el ejercicio.

-Vale chicos, venid aquí.- gritó Lucas. Le rodeamos en un círculo.- Vamos a cambiar de juego. Con las mismas parejas, vamos a intentar quitarle el balón igual que antes pero ahora intentando tirar a canasta.

La clase fue más o menos igual en toda la hora. Ejercicios fáciles y para principiantes. No hablé con Lucas ni una sola vez, pero nos dirigimos alguna que otra mirada. Cuando las clases hubieron acabado, Lucas se fue al pabellón principal, corriendo, y yo me quedé al lado de Justin.

-Por fin. –dijo Justin.

-¿No te gusta el deporte?

-Sí, me gusta, y soy bueno en algunos deportes, pero… baloncesto… no es lo mío.

-¿Me estás tomando el pelo? Pero si eres buenísimo, no digas tonterías. Casi me ganas.

-¿Casi? Tendré que recordarte que te he ganado.

-¿Perdona? En el primer juego te he ganado, en el segundo también y en el tercero igual.

- Te olvidas del cuarto y del quinto… ¿me refrescas la memoria y me dices quien ha ganado en esos?

-Mm… yo.- Dije intentando hacerle rabiar. Nos reímos los dos.

-¿Dónde vives?

-En… no sé. Vivo con mis tíos y mi prima.

-¿Quién es tu prima?-Este chico hacía demasiadas preguntas…

-Amber. Si no la conoces, serás el único. Todo el mundo, que yo sepa, la conoce.

-Ah, esa.- puso cara de asco.- lo siento pero no es que me caiga muy bien.

-¿Y eso?

-La conozco desde que teníamos 5 años. 

-Que dices, ¿con 5 años ¿Qué es lo que hizo para que te caiga tan mal?

- Se empezó a meter conmigo desde los 10 años.

-Vaya. Y… por qué no te defendías.

- Porque… no podía decir nada de ella. Ella se metía conmigo porque yo  hacía baile, ballet… Era mi pasión. Ahora hago baile moderno, hip-hop y esas cosas.

-No está mal. No sé porque mi prima hacía eso. A mí antes también me caía mal ¿sabes? Bueno antes, ayer.

-¿Has cambiado de opinión en un día?

- Es una larga historia. Además no sé si quiero que tú la sepas.-Dije intentando que no sonara borde.- Quiero vivir normal. Es… raro.

-¿Antes no vivías normal o qué?- se rió.

-No, ahora no vivo como otra cualquiera. Como antes.

-No hace falta que me la cuentes.  Seguro que es una historia triste. Y… no me gustan.

-Si… mejor que no.- dije por lo bajo. 

Me alegré. Parecía que eso de hacer amigos no se había perdido en mí. Mi “primer” amigo y me podría ver como cualquier otra chica sin un trauma.

martes, 9 de abril de 2013

CAPÍTULO 9


Nos recorrimos media ciudad el resto del día. Eran la 1 de la noche, hacía 5 horas que debería haberme ido ya a casa pero no quería separarme de él. Tenía el móvil en silencio desde ayer y sentí curiosidad por ver si me había llamado alguien. Solté alarmada involuntariamente la  mano de mi acompañante. ¡20 llamadas perdidas!

 Él me miró preocupado sin saber que ocurría. Las llamadas eran todas de mis tíos y de hacía ya unas horas. De repente me di cuenta: No les había dicho nada de que me iba. Estarían muy preocupados buscándome. Intenté llamar a mi tío, pero le quedaba tan poca batería que no sabía si me iba a dejar siquiera empezar la conversación .

-Dime que tienes el móvil y que tienes batería.

-S… si pero ¿qué pasa?-dijo mientras me daba su móvil. Marqué corriendo el móvil de mi tía y a los 3 pitidos lo cogió.

-¿Tía?

-¡Alex!-dijo alarmada.- ¿Dónde estás?-no me dio tiempo a responder, me atropelló con otra pregunta, esta vez enfadada.- ¿Por qué  te has ido? Espera, espera, voy a ir a buscarte en coche. ¿Dónde estás ahora?- le indiqué la calle.- voy para allá.- Colgó.

-Mierda…

-¿No avisaste en casa?

-No… Por las prisas.

-Ya te vale.

-¿Cómo?- dije riéndome. – Me podrías haber llamado en vez de haberme mandado una mierda de mensaje.

-¡Encima con exigencias!

-Ts…- Me enfurruñé como si fuera una niña pequeña. Lucas me abrazó.

-Fuera de bromas, ¿estaban enfadados?- dijo serio.

-Si…

-¿Te van a matar?

-Bien muerta.

 Lucas y yo esperamos en un banco de la calle hasta que un coche aparcó al lado nuestro. De él salió corriendo mi tía a encontrarse conmigo.

-Alex ya hablaremos de esto en casa.- parecía que había llorado. De pronto salió otra persona del coche.

Amber también había llorado. Todavía no se habían dado cuenta de la presencia de Lucas hasta que le miré. Amber pareció que iba a decir algo pero en vez de eso, volvió al coche. Mi tía, mientras tanto, miraba a Lucas enfadada. Me devolvió la mirada y dijo:

-Alex, vámonos.- no me opuse, la seguí hasta el coche y antes de  meterme en él, lancé una última mirada a Lucas. Durante el trayecto Amber estuvo llorando en silencio. Tenía todo el rímel corrido y le daba un aspecto triste y cansado. Pensé en la gran bronca que me iba a caer ahora. Uff.

En cuanto llegamos, mi tío me esperaba en la puerta del salón.

-Amber, hija sube a tu cuarto.-La ordenó mi tío. En cuanto se fue, mi tía cerró la puerta y yo me preparé para lo que me esperaba.

-Alex… -empezó mi tío.

-Antes de lo que me vayáis a decir, quiero deciros yo algo: lo siento mucho, comprendo que me castiguéis, y lo acepto sea lo que sea. Sé que he metido la pata pero es que no me di cuenta de que no os había avisado y tenía el móvil en silencio y…

-Alex, estábamos muy asustados, creíamos que te había pasado algo. Sé que todavía estás afectada por el accidente y es…

-¿Cómo? No mezcles el accidente. No estoy afectada para nada ¿me entiendes?-les grité.- ¡siempre tenéis que soltar ese tema! ¿Creéis que estoy trastornada o algo? ¿Creéis que estoy loca?- estaba descontrolada. Mi tío se me acercó e intentó cogerme del brazo, pero yo me eché para atrás bruscamente.- no me pasa nada, nada.- Me fui corriendo a mi habitación. 
En cuanto llegue, me tiré a la cama y empecé a llorar. Oí que abajo mi tía decía:

-Ella no lo habría querido así, no sé qué hacer.

Pasados 15 minutos, sentí que alguien se tumbaba a mi lado y me abrazaba para consolarme. Amber y yo estuvimos abrazadas durante un buen rato.

-Lo siento- Dijo Amber.

-Amber, ¿tú... crees que estoy loca? – al principio ella creyó que lo decía en broma, pero pronto se dio cuenta que iba en serio.

-No, por supuesto que no. ¿Quién te ha dicho eso?

-Pues… la verdad es que nadie. No me han dicho exactamente eso pero…

-¿Qué tal has pasado la tarde con… Lucas?-dijo cambiando de tema.

Suspiré al recordarle.

-Bi… bien –la miré confusa.- ¿No te enfadas?

-Antes lo estaba, pero ya me conoces. Aunque a veces sea insoportable, tengo algunos días buenos- me reí y me acompañó las risas las dos entre lagrimas. – mañana ¿qué te parece si te presento a alguien para que conozcas a más gente aparte de tu novio?

-¿Mi novio?

-Vale, Lucas- corrigió.

-Estaría bien. A si no me quedo marginada.

-¿Tu? ¿Marginada? Pero si hoy habrás pasado con el chaval que está más bue…

-Lo se. Se que está muy bueno.- Seguimos con las risas.