domingo, 30 de diciembre de 2012

Capítulo 6


Ring ring

Sonó el despertador. Hoy iba a ser un día bastante importante, Empezaba el instituto en Blue Eagle. Suspiré y salí de la cama. Me apetecía quedarme allí todo el día para que mi cabeza descansara. Tenía un montón de preguntas en la cabeza. Después de lo que pasó ayer, ¿Qué había entre Lucas y yo? ¿Me iba a dar clase a mí? ¿Cómo reaccionará cuando le vea hoy en el instituto?

Ahora no tenía tiempo para pensar, tenía que prepararme si no quería llegar tarde al primer día de clase. Cuando me hube vestido con algo sencillo y preparado mis cosas, bajé a desayunar. Como siempre, Daysi, me esperaba al lado de su comedero. La acaricie la cabeza, y le llené sus platos.

-¿Vas a ir así? – me pregunto mi prima que estaba a mi lado con cara de asco.

-¿Qué pasa?- Pasé de ella y de sus comentarios y me puse a desayunar. Cuando hube terminado cogí mi mochila y me fui hacia el instituto mientras mi prima se pintaba en el baño.

El camino desde mi casa hasta el instituto no era muy largo. Se tardaban por lo menos 25 minutos. Estaba bastante nerviosa aunque no sé si bastante es la palabra adecuada. Digamos que lo suficiente como para que me sudaran las manos, me temblaran las piernas y fuese más rápido de lo normal, así que tarde solo 20 minutos.

 El instituto era como otro cualquiera, con varios pabellones y un gimnasio. También había unas pistas de baloncesto y fútbol. Tenía que pasar primero por secretaría para que me dijesen la clase en la que estaba. Era una sala pequeña, con una mesa en medio y cajones por las paredes. En la silla de detrás del escritorio se sentaba una señora grande en todos los sentidos, con gafas y con pinta de estar aburrida, de que no le gustara demasiado su trabajo. Me miró con una sonrisa un tanto forzada.

-¿Qué quieres?-su voz era aguda y chillona.

-Eh… buenos días soy Alejandra Jackman.-dije entrecortadamente.

-Oh, pero… ¿eres nueva?

-Sí.

-Espera un momento -se bajó las gafas y buscó, supongo que mi nombre, en el ordenador.

-Ah, sí, estás aquí… muy bien, toma- Me dio un folleto donde ponía mi nombre y mi clase respectiva. También me dio un horario y un mapa y me indicó por donde tenía que ir a mis clases.

Estaba en 4º B en el pabellón 5. No fue muy difícil, después de haberme indicado por donde se iba, encontrar mi pabellón con mi clase. Además, en la puerta había un gran 5 que resaltaba. Al lado, había una placa con las clases que había en él. Esperé a que sonara la campana y entré.

La clase no era muy pequeña. Los pupitres, estaban en fila de uno y separados. Había unos armarios a los laterales y unas perchas al final de la clase. Mis compañeros, esperaban, como yo, a que viniese algún profesor para indicarnos qué teníamos que hacer. A los 5 minutos llegó una profesora.

-Bueno chicos, sentaros.- yo me senté al final de la clase. Cuando estuvimos todos en nuestros sitios siguió hablando.- Hola, soy vuestra nueva tutora. También os voy a dar física y química. Me llamo Mary. Ya reconozco algunas caras.- miró a un grupo que había delante mío. – pero como otros son nuevos y hay gente que no recuerdo muy bien, esta hora os explicaré más o menos el funcionamiento del curso.

Me enteré de que éramos 31, de que solo éramos 3 nuevos en el instituto: un chico, una chica y yo. La clase se dividía, parecía, en varios grupos de amigos: un grupo de chavales un poco marginados por el resto, había un chico con el pelo negro y largo que le tapaba los ojos y que vestía de negro con cadenas, a lo emo. También había otra chica que a mí me parecía normal, es más la veía sencilla, pero se veía que los demás la tenían apartada, como al chico anterior.

Casi la mitad de la clase eran normales, vestían normal y hablaban y pensaban como cualquiera. Y los que quedaban, estaban en el nivel más alto. El nivel donde estaba Amber y donde había estado yo.

A lo largo del día fueron viniendo profesores a presentarse. Cuando por fin, llamó alguien a la puerta diciendo que era el de educación física.

-Hola chicos, soy Andrew vuestro profesor de educación física.-me desilusioné.-bueno, solo os voy a dar clase a la mitad de vosotros. Este es mi compañero.-miré esperanzada a la persona que entraba a la clase. Se me paró el corazón, me quedé con la boca abierta, le miré a sus ojos azules, y me hundí en ellos. Al minuto tuve que reaccionar. Nos observaba a lo general como un montón de chavales en plena adolescencia, dispuestos a correr riesgos. No me había dirigido ni una mirada significativa, ¿es que no  me había visto? Andrew y Lucas nos hablaron de las actividades que íbamos  a hacer. Cuando sonó el timbre de descanso, me acerqué sin dudarlo hacia él esperando algún rasgo de sorpresa en su cara.

-Hola- dije con una voz dulce y mirándole a los ojos.-él me miró como si nunca me hubiera visto en la vida.

-Hola ¿tienes alguna pregunta sobre las actividades, chica?- me quedé de piedra. ¿Chica? Sentí un dolor agudo en el corazón.

No… no… ¿Qué dices? ¿Qué te pasa?-dije todavía sorprendida y confusa.

 -Eh… vale, a ver….recuerda que yo soy profesor y tú alumna. -Dijo susurrando. Quería llorar, que él me abrazara y me consolara, como la pasada tarde.

-¿No significó nada  para ti lo que pasó ayer?- le dije con la voz rota pero con un poco de esperanza.

- Shh.. - Miró hacia los lados para ver si alguien me había oido. -Alex, no tengo mucho tiempo.-me dijo intentando que le dejara en paz mientras recogía sus cosas para irme. 

-Vale pero solo quiero que me respondas una cosa ¿Significó algo?

Se paro a mirarme.

-No. Lo siento. Tu eres alumna y yo profesor.- todo ocurrió muy rápido: me temblaron los labios, me fallaron las piernas y caí inconsciente en el suelo de la clase de 4º B a sus pies.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Capítulo 5

Estaba alegre, feliz, como si todo lo pasado no hubiera ocurrido. También estaba confusa. Muy confusa.

-Bueno, ¿a dónde vamos?-me preguntó él.

-No se muchos sitios para ir por aquí así que me da igual.

-A mi también, a si que…

Estuvimos paseando por parques. Hablando del instituto, del verano, hasta que me pregunto:

-Oye, ¿qué te pasó exactamente?- sentí que me ponía mala. No quería hablar de nada que me recordase al pasado. Como siempre.

-No hace falta que me respondas si no quieres- dijo al ver mi cara.

-No, si da igual. Si ya sabrás la mitad -él asintió -pues… yo vivía en una ciudad pequeña donde iba al instituto y tenía muchos amigos. Los fines de semanas, mis amigos y yo, íbamos a un pueblecito casi abandonado al lado de un rio. Bueno, era genial. Pero…- hice una pausa- tuve un accidente de tráfico yendo hacia el pueblo. Ninguno llevábamos cinturón. Un error que ya ves… pero bueno, total, se iba por una carretera segura. Segura solo si ningún  borracho estuviera conduciendo a 200 por hora.


Todavía recordaba el coche negro acercándose por adelante. Todavía recordaba los gritos, el giro para salvar la vida, el choque contra el cristal de adelante, el coche destrozado y mis alegres sueños, desaparecidos. Llegaron las pesadillas, las lágrimas todas las noches, todos los recuerdos borrosos, los gritos de desesperación. La tristeza.
No pude controlarme más. Rompí a llorar. Él me abrazó.

-Lo siento- murmuró Lucas.-debió ser horrible.

-Lo fue- conseguí decir entre lagrimas.- lo siento, no deberías verme así, es deprimente.- él me cogió la barbilla obligándome mirarle a sus ojos, ya casi no lloraba.

- No sientas nada. No debería haberte hecho esa pregunta. Tú no tienes la culpa.- eso me confortó un poco.

-¿Tú crees? Cada día me lo pregunto, lo odio. Todo el mundo me dice que lo siente y, bueno, lo agradezco. Pero sé que en realidad no saben qué decir, porque no saben lo que es en realidad. Al fin y al cabo estoy sola en esto.- Seguí andando. 

-No, nunca pienses eso. No estás sola. –dijo a mis espaldas.

-Es verdad, están mis tíos, que intentan hacer como si nada hubiera pasado.

-Estoy yo, estamos todos nosotros que conociste ayer. Mañana harás nuevos amigos, ya verás. No te preocupes. Cuidaremos de ti.- Se acercó un poco más.

-No necesito que nadie cuide de mi. Se cuidarme yo sola.-Protesté.

-No lo dudo.- Sonrió. Me estaba mirando a los ojos, muy fijamente.- No se, desde ayer que te conocí me pareciste una persona increible, Alex.

-Pero si casi ni hablé. No sabía ni qué decir.

-Pues tengo la sensación de que tienes mil cosas que decir y compartir y sinceramente me encantaría oirlas. 

Me recogío detrás de la oreja un mechón de pelo para apartármelo de la cara. Me sentía super rara. Yo también quería contarle mi historia. Y quería saber la suya. Me parecía un chico muy interesante y cuanto más se acercaba más me atraía. Le miré los labios y me puse muy muy nerviosa. Se posaron en los míos, dulces, cariñosos, fantásticos, renovadores, como si me salvaran la vida.

Cuando nos separamos, le mire. Tardé tiempo en asimilar lo que había pasado. Había sentido como nunca en mi vida. Lo había sentido todo y nada a la vez. Solo había existido él por un momento. ¿Qué había pasado? Me pasó la mano por la nuca y me atrajo otra vez a él. Está vez me beso con más fugacidad, pasión. Nunca me habían besado así. Se encendieron todos mis sentidos en mi cuerpo y le volví a besar. Y otra vez. No podía parar. Estaba ahí lo que había estado necesitando todo ese tiempo. Estaba ahí disfrazado de Lucas: Una salida a mis pensamientos, al dolor.

Se separó de mi y vi en sus ojos que también él había sentido. No se el qué pero me miraban con cariño. Aparté la mirada y volví al mundo real.

a hacía frío y estaba oscureciendo. Miré el móvil. Era muy tarde. Demasiado.

-Tengo que irme, seguro que están preocupados.- dije mirándole. – Lo siento.

-No te preocupes. Te acompaño.- Dijo aun mirándome a los ojos.

-No... no hace falta. Ya se cómo volver.- Necesitaba pensar y ordenar mis pensamientos y sentimientos. Necesitaba, ahora si, pensar, porque no sabía si lo que había pasado estaba bien. Sólo sabía que lo necesitaba.

-¿Seguro? No me importa ¿eh?- Insistió.

-Sí, sí. No te preocupes. -Me quedé ahí plantada sin saber qué hacer ni cómo despedirme. Pero mi indecisión duró poco al ver que me cogía por la cadera para volver a besarme. Y cuanto más lo hacía más tenía seguro que no me importaba si esto estaba mal. Le necesitaba.